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ENTRE LINEAS

Sucedió en el siglo XXI

Sucedió en el siglo XXI

Se han casado hace dos meses después de una relación de casi cuatro años. Él tiene 35 años y ella recién ha cumplido los 33. No tienen hijos todavía, serían demasiados gastos y la posibilidad cierta que a ella no la contraten en ninguna empresa si conociesen que aún tiene que parir, pasar la lactancia, las enfermedades de los niños y los retrasos de la mujer que “los acompaña a la guardería”. No hubo suerte con las oposiciones que hizo para entrar en el cuerpo de gestión de la Administración, único lugar donde no importan esos problemas. Con el sueldo de él, están pagando un piso de sesenta metros cuadrados maridado de una hipoteca que le acompañará hasta la jubilación. Los ingresos apenas dan para los gastos de comida –y eso que más de un día van a comer a casa de los padres de él o ella- y alguna que otra salida al cine o a pasear. A ellos les hubiera gustado tener menos hipoteca –o no tenerla como cuando eran solteros- salir más a viajar, tener un todoterreno con “gepeese” y reproductor de “deuvedes” y no esa vieja reliquia que les acompañaba desde los tiempos que iban a los mítines de Felipe González. Porque él siempre ha sido del partido socialista obrero español y mamó izquierdas desde que nació, cuando su padre, en las temporadas que no estaba en la cárcel por su militancia activa en el sindicato, le explicaba la opresión en que estaban viviendo, sin libertad casi para pensar y, sobre todo, sin igualdad.

 

Por eso él era un firme creyente en esa igualdad y sobre todo en la igualdad entre hombres y mujeres. O eso pregonaba a quién le escuchaba en las conversaciones que, generalmente, sacaba a colación cuando en las noticias informaban de algún episodio de violencia doméstica. “Eso no sucedería si realmente se tratase por igual a mujeres y hombres”, solía sentenciar.

 

Les iría bien que ella ganase un sueldo para poder soñar en un futuro algo mejor. Por eso los conocí en febrero de dos mil ocho cuando realizaba una selección para un puesto de trabajo en mi empresa. En realidad la conocí a ella y a él por lo que me contó… Su nombre, o el que os diré, es el de María. El de su flamante marido, José. Me bastaron treinta minutos para darme cuenta que era una buena candidata. Se lo dije casi al final…

 

- La formación será en Barcelona –estábamos en un punto indeterminado del sur de España- y durará una semana más o menos… por supuesto que los gastos del viaje, estancia y demás corren a cargo de la empresa. Y bien ¿tienes alguna pregunta? ¿alguna duda?

 

- Si, tengo una –dijo después de que durante toda la entrevista hubiese asentido en señal de que todo estaba en orden y a su entera satisfacción.

 

- Tú dirás – hablé esbozando una sonrisa convencido que la pregunta que me haría era sobre alguno de los muchos beneficios sociales de la empresa que tanto me gustaba explicar al futuro aspirante

 

- ¿Es obligatorio hacer la formación en Barcelona? Es que, verás, soy recién casada y mi marido no sé si me va a dejar estar fuera de casa durante esa semana.

 

- Por supuesto – acerté a decir a pesar de la repentina rotura de esquemas que la pregunta me había provocado- Es muy importante la formación porque será una de las pocas oportunidades donde podrás conocer la empresa, a tus compañeros, ver nuestro funcionamiento, saber cuál es nuestra filosofía.

 

Mientras iba diciendo eso ya había tomado la decisión de no incorporarla a la empresa. No quería ser el motivo que desencadenase la ruptura del matrimonio. Que fuesen otros que lo provocasen. No se lo dije. Le comenté que me llamase al día siguiente para conocer el resultado de sus deliberaciones matrimoniales, convencido que diría que no. Me envió un mensaje al móvil diciendo que formarse en Barcelona durante una semana era algo para lo que no había obtenido el permiso de su marido. Mientras le escribía el “eseemeese” de cortesía pensaba en lo lejos que estábamos de solucionar la lacra de la violencia doméstica mientras hubiese un solo José que se creyese el propietario de María.

13 comentarios

Julia -

Ya entendì,gracias.La verdad es que aùn queda mucho camino po recorrer........

La mujer de rojo -

Me entristece la actitud de María, es ella la que tiene que dejar claro que papel desempeña en esa relación que comienza y no es bueno empezar claudicando, a no ser que piense como José. No sé que es peor.
P.d.Me alegra tu regreso, te echaba de menos.

Viole -

que historia... muy parecida a las de muchos por estos lados... en fin, al parecer la vida en algunas ocasiones es un tanto ingrata...

agradablemujer -

Mis disculpas al dueño del espacio,estoy dispuesta a pagar por tomar su espacio para otros fines que no son los de comentar sobre su historia,pero estara de acuerdo conmigo en que el pequeño Adrian merece un correctivo.

Adrian,por tu manera de pensar deduje tu edad,escribes como piensas. No puedo ser tu madre por dos razones,una, a tu edad era virgen y la otra es que,si fueras mi hijo,tus respuestas serian mas profundas.

Crei te interesaria otra cosa y como estoy segura que no te es importante si tengo hijos o no,para que no agotes la posibilidad de el detalle mio que te ofreci,te doy otra oportunidad para que formules la pregunta.

p.d si es que me desata el instinto maternal.

Adrián -

Para agradablemujer:

Imberbe... jajaja, algo de barba
sí tengo, ;).
Algo que deseo saber es... como llegaste a la conclusión de mi edad. Supongo que por la forma de escribir.. o algo así.

En fin, que sepas que podrías ser mi madre, así que también me gustaría saber si tienes hijos :P


;)


Un saludo

agradablemujer -

Para Adrian.

Tengo que admitir que no me equivoque con tu edad,mi querido imberbe.

Los mios son 34. El detalle;dime que es lo que mas deseas saber de mi y te respondo.(sonrio).

p.d.no entro mas a este espacion sin un "Hijab,Chador o quizas un Burka",cualquier cosa para cubrir mi melena...

gaia07 -

¿Yo no te había comentado este maravilloso texto? Si es así ¿dónde está mi comentario? Si no es así, no sé dónde lo he dejado.

Ya no te tengo en tres webs, y desapareciste de mi libro de invitados, y siempre estás ocupado… si es porque ha vuelto tu musa y nos vas a seguir deleitando con tus escritos, daré por buena tu pérdida.

P.D. Volveré con un comentario decente (y sí, es una amenaza jaja)
(Cómo pille a la musa esa, no se libra del tirón a su hermosa melena :-P)

Adrián -

También pido permiso al dueño.


jajajaja
Símplemente quería saber que decías, no me da vergüenza alguna decir mi edad. Que será ese detalle que estoy deseoso por saber.. aishhh

Nací el 13/12/1990, es decir tengo 17 años.
Síp!!
Soy un pequeñajo ;)

agradablemujer -

Permiso al dueño del espacio.

Adrian,puedo y seducirte,pero no me vale solo por saber tu edad. Te propongo un trato,me dices tu edad y yo te digo la mia, mas un detalle sobre mi que estas deseoso por saber. Te parece?

Un beso calido, dueño del espacio...

Adrián -

jajaja!!

Mi edad...
Soy bien joven. Además he nacido en año par.
Persuádeme y tal vez diga mi edad...

agradablemujer -

Quiero saber la edad de Adrian.

agradablemujer -

Algunos hombres se hacen propietarios de la mujer con quien se casan,pero no es su culpa,la culpa es nuestra por ignorantes, o inocentes, que es mas linda la palabra. Ojala "Maria no se de cuenta demasiado tarde que es un adorno mas de su piso hipotecado.

De "Jose" no voy a hablar,porque lo menos que le diria es hipocrita,la libertad para pensar y la igualdad debe comenzar en el hogar y no en un partiducho de izquierdas.

Has tocado una fibra sensible...

Adrián, sin abreviar. -

¿Llegará un día en que la sociedad deje de ser tan asquerosa?

La gente habla de la evolución que ha hecho la sociedad. Sinceramente, "tal evolución" ha sido muy pequeña. Sigue habiendo prejuicios, habiendo gente opresora, manipuladora...
Pero bueno, es malo generalizar, hay de todo en este mundo nuestro.


Un saludoo!